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domingo, 28 de octubre de 2007

Ray Charles, el frotar no se va a acabar



link para la letra original: http://www.lyricsdownload.com/ray-charles-what-d-i-say-lyrics.html

"Hey mama, don't you treat me wrong, come and love your daddy all night long"

Una frase como esta puede sonar entre inocente y manida para un oyente del siglo XXI, pero allá por 1959 sonaba a proposición indecente o amenaza pura. Por aquellas fechas incluso el rock'n'roll se había suavizado con la irrupción de una caterva de niños bonitos de tupé bien repeinado, versiones actualizadas de Crosby y Sinatra para un público adolescente ávido de novedades, diseñadas para no alarmar a papá. El rhythm and blues, una música eminentemente racial y adulta, ya admitía desde sus orígenes juegos de palabras, dobles sentidos o proclamas de lo más explícitas, pero Ray Charles era una estrella, uno de los pocos junto con Louis Armstrong, Nat King Cole o Fats Domino que había escapado de su jaula segregada para dirigirse al gran público. Ellos ya habían superado una barrera, pero Ray se disponía a cruzar otro umbral. Gritos de placer, valoraciones sobre las capacidades y rendimiento de su acompañante, arengas al contacto físico, todo ello sazonado con un ritmo trepidante que tanto parece evocar un baile desenfrenado como un tórrido encuentro carnal. Parece lícito imaginar que sin aquella ruptura con los corsés morales, ni los cantos al amor libre de los hippies ni los himnos a la promiscuidad de los swinging sixties lo habrían tenido tan fácil. Hay pioneros para todo, y así lo demostró este promotor del baby boom.

"Mmm, see the girl with the red dress on, she can do the dog all night long. Baby, it's all right, Baby, it's all right right now"

sábado, 27 de octubre de 2007

what'd I say - Ray Charles

heartbreak hotel - Elvis Presley


A tu derecha la portada original del disco de la semana, un auténtico fenómeno telúrico que cambió el mundo. Publicado en marzo de 1956, supuso un antes y un después y la puesta de largo del rock'n'roll, reducido hasta entonces a singles y EPs. Los más avisados notarán que The Clash rindieron en su London Calling un más que sentido homenaje a la cubierta. De este disco fundamental es difícil extraer un único ejemplo, pero ahí va el regalo de un tema a medio camino entre el rock y la balada de desamor atormentado. Han pasado más de 50 años, pero ante este monumento más de un baladista palidece. A su lado son meras sombras.

jueves, 25 de octubre de 2007

Música para extraterrestres




El disco de oro de la nave Voyager, el único LP audible fuera del sistema solar

Esto que ves a tu izquierda es un LP, aunque no un vinilo. Su base es de cobre, su superficie un baño de oro. Tampoco dura lo mismo que un LP normal, ni gira a las 33 r.p.m. habituales. No es sólo música, pues también incluye sonidos variados e imágenes. Aún así merece estar aquí por ser plenamente analógico, pero sobre todo por ser el único soporte musical al alcance de algún afortunado oyente extraterrestre. Como es natural, todo esto tiene su explicación.

Si hay vida fuera de la Tierra, ¿qué mejor tarjeta de visita que un LP ?

A mediados de los años setenta, la NASA, ya asumido el fin del programa Apolo, andaba escasa de iniciativas novedosas, de retos asequibles que llamaran la atención del público y proporcionaran a la vez una coartada científica. La solución a todo ello resultó ser barata, llamativa y prometedora a un tiempo: el lanzamiento de sondas espaciales que, propulsadas con fuerza a los confines del espacio, devolvieran a la Tierra toda la información posible sobre los parajes que recorriera en su trayectoria infinita. Existían los precedentes de las Pioneer 10 y 11, así que sólo se trataba de conseguir mayor alcance y mejor instrumental para las comunicaciones. El proyecto tomó cuerpo con el nombre Voyager, y todo se preparó para la construcción de dos artefactos que, provistos del más innovador sistema de medición y transferencia de datos, acabarían por lanzarse casi simultáneamente al espacio entre agosto y octubre de 1977. Tales aparatos recorrerían el éter en dirección a los confines del sistema solar, pasarían al otro lado y seguirían su camino, enviando información a la Tierra hasta aproximadamente el 2020, cuando sus fuentes de energía quedarían agotadas y las transmisiones cortadas para siempre. Pero las sondas no se detendrían allí, pues por pura inercia seguirían alejándose a miles de kilómetros por hora, penetrando más y más en el vacío espacial, hasta toparse con algún obstáculo o, en el mejor de los casos, ser recogidas por algún ente pensante, vida extraterrestre inteligente.

Mensaje en una botella

Tan excitante resultaba la idea de que las sondas Voyager pudieran acabar en un futuro lejano en manos no terrícolas que un equipo asesor, dirigido por el afamado astrofísico y divulgador Carl Sagan, fue asignado de inmediato para que decidiera cuál era la mejor manera de definir nuestro planeta, su posición, su ciencia y su cultura en modo discernible para unos seres que, muy probablemente, poco tendrían que ver con nosotros. Las sondas Pioneer ya portaban en su fuselaje unas placas con los grabados de dos figuras humanas de ambos sexos, una guía de nuestra posición en el espacio y alguna orientación sobre nuestro nivel tecnológico, de modo que esa idea tan original fue adoptada sin apenas cambios. Sin embargo, faltaba algo más, algo que definiera nuestra cultura, nuestro paisaje, nuestra vida. La solución fue a la vez sencilla y genial: un disco.

El recopilatorio de la humanidad

El formato escogido era muy similar a un LP corriente. Acompañado de cápsula y aguja (gentileza de la NASA) en una cara portaba instrucciones simbólicas sobre cómo reproducirlo, en la otra una grabación de audio y otra de imágenes, ambas analógicas. Las imágenes eran 115 fotografías de diversos lugares de la Tierra, de actividades humanas y muestras de nuestras diversas culturas, así como algunas pistas sobre nuestro nivel de desarrollo. Pero lo más interesante era el sonido. Pensado para su reproducción a 16 2/3 r.p.m., el registro sonoro tenía tres secciones. La primera estaba formada por saludos en 55 lenguas terrestres, desde el acadiano, desparecido hace más de 6.000 años al Wu, un moderno dialecto del chino. La segunda la constituyen una selección de sugerentes sonidos terrícolas, desde el chillido de un chimpancé al rumor de las olas del mar o el traqueteo de un tren en marcha. Y la tercera, y esa es la buena, grabación musical en microsurco, 90 minutos recopilatorios de lo que Carl Sagan y su equipo pensaron era un compendio de la música más representativa de nuestro amado planeta.
¿Tú cuál escogerías?

Un Grandes Éxitos de la raza humana

Un rápido repaso a la lista (link: http://voyager.jpl.nasa.gov/spacecraft/music.html) nos descubre una amalgama de músicas diversas, 27 temas que abarcan desde la world music más etnográfica hasta rock'n'roll y jazz primigenio, pasando por la inevitable abundancia de composiciones clásicas, entre las cuales Bach, Mozart y Beethoven destacan por derecho propio. Desconozco cuáles fueron las premisas de las que partieron los sabios recopiladores, o si Chuck Berry y Louis Armstrong hallaron reticencias, tampoco sé si la selección se aprobó tras arduos debates, pero lo cierto es que desde el verano de 1977 y para siempre jamás, esa es la música que nos representa como especie.

Los extraterrestres y Johnny B. Goode: ¿amor a primera vista?

Lo más probable es que los hoy vivos nunca sepamos si a los seres que habitan los espacios siderales les gusta el rock'n'roll o prefieren a Lorenzo Barcelata y sus Mariachis interpretando "El Cascabel", pues ambas sondas dejaron atrás en los 90 la órbita de Plutón, y ahora que se hallan transitando a gran velocidad por el vacío más absoluto han de viajar unos 40.000 años antes de acercarse a algún lugar con visos de albergar vida inteligente.
Aún así, cabe la esperanza de que un día de estos recibamos el primer mensaje alienígena con un entusiasta: "Hey, este Chuck Berry es la ostia, tíos!!! ¿Tenéis más?"

miércoles, 24 de octubre de 2007

10 razones prácticas y metafísicas para amar un LP

A MODO DE MANIFIESTO

1. un LP es un ser vivo
El LP nace, crece, se reproduce y muere si no se le cuida. Pero siempre es el mismo, nunca una copia.

2. un LP es historia
historia tecnológica, musical y estética. Nadie iría todavía a un museo de CDs, y las subastas de CDs son aún una rareza.

3. un LP es un cuadro con música
El LP no sólo reproduce música, es la fusión de un soporte y una creación plástica que puedes enmarcar.

4. un LP es una herramienta eficiente
El LP es perfectamente eficaz en su cometido, y ofrece sonido de calidad igual o superior a cualquier otro soporte.

5. el LP es único e irrepetible
Al ser un soporte analógico, y por lo tanto físico, todos los LP se parecen al molde, pero ninguno es exactamente como él. Todo LP nace y muere siendo él mismo, y puede reproducirse pero no clonarse.

6. el LP no engaña
EL LP no son datos, ES en sí. Un LP desnudará tu equipo y lo mostrara tal como es, bueno o malo, y su exigencia en rendimiento sacará de él lo mejor y lo peor. No enfrentes tu equipo a un LP, pues éste, desprovisto de artificios, siempre manda. Que no te engañen sus dos caras, pues el LP es plenamente honesto. El LP es verdad.

7. el LP es orgulloso y tiene carácter propio
El LP tiene raza (concretamente negra) y carácter definido. No soporta a veces datos, a veces imágenes, a veces programas, sino que siempre es música. El LP es obstinado en su función. No conoce bastardías ni se deja imitar. Tampoco es portátil ni soporta vaivenes. Requiere toda tu atención .

8. el LP es siempre interactivo, nunca es perezoso
Un LP necesita de tu acción, de tu cuidado, no entiende de mandos a distancia, no se conforma con que pulses una tecla. El LP te obligará a levantarte, a que lo limpies, a que lo trates con cuidado, ocupará mucho espacio, querrá que bailes con él, que lo hagas girar, querrá jugar contigo.

9. el LP cuenta una historia
Por su tamaño y su presencia, el LP muestra avatares, tiene cicatrices, recuerda su pasado, chilla su dolor, su portada se arruga con el tiempo, su papel amarillea, sus manchas son a menudo imborrables. El LP te habla más allá de la música.

10. el LP es modelo y referencia
El LP es el modelo en el que se miran todos los soportes, es fuerza telúrica y proteica, el espejo en el que los demás se miran... y empequeñecen. El LP siempre es el original, lo demás son copias.




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