Música y Alcohol, una pareja tradicional
1. Tequila. The Champs. 1958
Cumbre inequívoca del instrumental y cima de los temas etílicos, esta canción del grupo californiano de ascendencia mejicana The Champs tuvo un éxito desmesurado, y parte de la culpa es su estribillo de una sola palabra que le da título. Compuesta por su saxofonista Dani Flores (bajo el sugerente pseudónimo de Chuck Rio), es una tonada que reconocen tanto jóvenes como ancianos y para la que parece que no pasa el tiempo, pues es capaz de animar cualquier sarao en pleno siglo XXI. Tanto fue su éxito que creó un estilo propio, abriendo la brecha para que la voz de toda una generación de pachucos fuera por fin escuchada.
2. One bourbon, one scoth, one beer. John Lee Hooker. 1966. Aunque esta es la fecha de edición del disco de Chess que ves a tu izquierda, la fecha de composición del celebérrimo tema es incierta. El caso es que el gran bluesman se retrata a si mismo acodado en la barra de un bar en pleno proceso de catarsis amorosa a base de lingotazos sucesivos de los tres elementos del título en rueda perpetua. De nuevo nos hallamos ante un estribillo pegadizo, que excita la sed e impulsa al remojo interno ante las adversidades.
3. One for my baby (and one more for the road). Frank Sinatra. 1958. Composición de Harold Arlen y Johny Mercer interpretada por vez primera por Fred Astaire, que Sinatra ya grabara en Columbia en 1947, aunque la versión de 1958 en Capitol que he escogido tiene mayor profundidad y una producción más cuidada, propia de una estrella etílica como Frank "la voz" Sinatra, miembro fundador del Rat Pack junto con otro dipsómano entregado como Dean Martin. De nuevo nos hallamos ante un caso de tristezas bien regadas con chica de por medio, aunque de estilo más discursivo que cantado. No en vano está todo el disco dedicado al desamor y la soledad; no recomendado para depresivos o divorciados en ciernes.
4. Rum and Coca-Cola. The Andrews Sisters. 1944. Este trío de falsas hermanas (sólo dos lo eran) se inspiró en un calypso de Lionel Belasco, músico afincado en Trinidad que fue desposeído de los derechos de autor en favor de Morey Amsterdam, para aportar su granito de arena a la coctelería bélica en plena Segunda Guerra Mundial, llegando a vender la friolera de siete millones de discos, algo inusitado para la época. Ni siquiera Santa Claus hizo tanto en favor del conocido refresco de Cola. Tonada pegadiza de ambiente tropical y festivo con estribillo cubatero por excelencia, antes de que al mismo combinado se lo rebautizara como Cuba Libre en un momento de menos amor por la presencia de tanto gringo en el Caribe.
7. Joe Liggins & The Honeydrippers. Pink Champagne. 1952. Genio y figura del R&B, compañero de fatigas de otros bebedores como Jimmy Witherspoon o Amos Milburn, Liggins nos emplaza en este famoso tema a divertirnos con la burbujeante libación de lo que entendían era una bebida sofisticada propia de clubes de alto copete, con el objetivo confeso de beneficiarse a sus acompañantes femeninas.
8. There's a tear in my beer. Hank Williams. 1949. Padre de la música country & western tal como la conocemos hoy en día, el sr. Williams parecía predicar con el ejemplo, y además de consumir cantidades ingentes de alcohol lo aderezaba con anfetaminas y en sus últimos años con morfina, lo que provocó su muerte prematura en 1953. La lista de sus éxitos es muy extensa, y en este caso se dedica a la balada plañidera donde la cerveza toma el regusto salado de las propias lágrimas del autor, quien con su voz gangosa caraterística y unas rimas ripiosas pergeña un auténtico himno al desamor vaquero que recorre la fina línea que separa lo genial de lo ridículo. Aún así, merece un puesto en esta lista etílica.
9. What's the use of getting sober (if your gonna get drunk again). Louis Jordan and his Timpany Five. 1942. Afamado entertainer, excelente saxofonista y compositor dotado, Louis Jordan alcanzó el #1 en las listas de R&B con este tema que anima a la borrachera perpetua y que se inicia con reprimenda de un padre al hijo que va por el mal camino. Siempre dispuesto a los juegos de palabras, los dobles sentidos, las letras dialogadas y a explotar su innegable vis cómica, Jordan fue un auténtico retratista de la vida urbana americana, e influyó en posteriores rockeros negros como Little Richard o Chuck Berry, quienes a su vez plasmaron los hábitos de su época, ahora adolescente,
blanca y rocanrrolera.
10. La Chevecha. Los 3 Sudamericanos. 1970. Versionando el tema que convirtiera a Palito Ortega en el líder de la canción del verano de 1969, este trío de dos argentinos y un paraguayo fundado en 1959 perpetró otra vuelta de tuerca del falso corrido de Palito (ver foto pequeña) por partida triple, animando fiestas, guateques y saraos con esta demencial oda a la borrachera cervecera que se tarareó sin fin en bares, plazas, fiestas de pueblo, chiringuitos playeros, casernas militares y fiestas de fin de curso, e hizo las delicias infantiles de este que suscribe, quien halló una ocasión más para hacer el payaso imitando comportamientos adultos vedados. Aunque el protagonista del tema parece caer redondo y no tener una actitud precisamente responsable, el tono eminentemente festivo parecía disculpar a todos los borrachos que en el mundo han sido, muy alejado de las profundidades del bebedor sentimental. Por ello lo he escogido para cerrar esta lista alcohólica y etílica.
¡¡¡ Salud !!!