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lunes, 19 de noviembre de 2007

Trucos del Doctor Vinilo

La limpieza de tus vinilos.


Resulta más que evidente que al ser el disco de vinilo un soporte analógico y realizarse su lectura por contacto, el mantenimiento de su limpieza es una prioridad absoluta. Son muchos los productos comerciales a la venta en establecimientos especializados, pero una buena higiene vinílica es más cuestión de disciplina que de pócimas mágicas. Evita tocar el disco con los dedos, adoptando para ello la postura adecuada al manipularlos: dedo índice o corazón inserto en el orificio central en evocador gesto, borde sujeto con el pulgar de la misma mano. Para los menos malabaristas siempre se puede asir el vinilo por los bordes con ambas manos en gesto oferente, lo que evitará dejar tus huellas y otros residuos (a saber dónde has metido antes las manos). Cuando el estado del vinilo precise una puesta a punto urgente, lo mejor es usar el sentido común. Provéete de una gamuza suave o un cepillo de suavísima crin (de venta generalizada) y de un líquido limpiador exento de aditivos o colorantes que puedan dejar tanta o más suciedad que la que quitas. Para ello te ofrezco una receta sencilla: 3/4 partes de agua destilada (o de esa para planchar) que no deje cal y 1/4 de alcohol de farmacia. Aplica el producto siempre sobre la gamuza o el cepillo y nunca directamente sobre el disco, pues a pesar de que el alcohol favorece la rápida evaporación del producto puedes formar "charcos" que al absorver el polvo y otras suciedades crearán una especie de fango, lo que empeora el proceso. Limpia el disco siempre de forma circular, siguiendo los surcos, y mantén el giradiscos en marcha si eso te facilita la tarea. Para casos extremos he añadido a veces una gota (¡sólo una!) de lavavajillas con buenos resultados, y en caso de necesitar terapias de choque y salvar algún disco de una muerte segura hasta me he atrevido a lavarlos como si de un plato se tratara. El principio es no causar nunca tanto o más daño en la limpieza del que ya ha provocado un uso negligente.

La aguja merece toda tu atención

A menudo olvidamos que el mal estado de la aguja puede convertir un equipo excelente en un comediscos infame. Los fabricantes recomiendan el cambio de aguja cada 800 horas de audición, aunque yo de tí no me haría el rácano y la cambiaría en cuanto intuyas un disminución de calidad o un comportamiento dudoso. Nunca, y digo nunca, toques la aguja con los dedos. Utiliza para su limpieza un pequeño cepillo de suave pelo o una perilla de aire para expeler el polvo que se pueda haber adherido. Otra de las razones para no echar líquido limpiador directamente sobre el disco es que el alcohol pueda disolver el adhesivo que une la aguja al canal que a su vez lo conecta con la cápsula. Estás avisado. Por otra parte, una aguja en mal estado puede dañar el disco, y el roce sobre el vinilo aumenta levemente la temperatura del mismo, lo suficiente para "soldar" sobre él la poca suciedad que pueda haber. Una razón más para mantener una limpieza a conciencia.

La reproducción en mojado: úsese con moderación

Mucho del chisporroteo o sonido a freidora que a menudo oímos al reproducir un vinilo no proviene de suciedad o polvo sino de la electricidad estática que se acumula en su superfície. Recuerda que la mayoría de cápsulas funcionan por electromagnetismo, y una carga eléctrica no deseada las afecta invariablemente. Para evitarlo puedes recurrir a la reproducción en mojado, un truco de resultados tan sorprendentes como efectivos. Éste consiste sencillamente en aplicar agua (destilada a ser posible) sobre el disco durante su reproducción con un spray o aspersor (de esos de regar los bonsais, por ejemplo) generosamente, y notarás una súbita desaparición de esos sonidos crepitantes. Este método no lo recomiendo para un uso generalizado, pero sí, y mucho, cuando nos disponemos a inmortalizar un vinilo en otro formato (CD o cassette), pues el sonido queda prácticamente exento de parásitos. Sólo debes cerciorarte de que tu plato giradiscos no es proclive a filtraciones que puedan afectar al mecanismo (he dicho pulverizar agua generosamente, no bañar el disco!), y has de secarlo concienzudamente al acabar la reproducción, a ser posible aprovechando para una nueva limpieza.

4 comentarios:

wolf dijo...

Exelente aporte.
Trabajo en la actualidad con discos de vinilo en una coleccion privada de una biblioteca, y muchos de los discos presentan hongos (moho), que son dificiles de quitar con el pañuelo y el alcohol (yo uso esa misma formula pero utilizo alcohol isopropilico, menos fuerte que el industrial), uncluso he aplicado solo el alcohol directamente sobre los hongos y no los logro remover.
¿que se puede hacer en este caso?

Camilo dijo...

para casos extremos esta esto http://www.youtube.com/watch?v=AuCIrGleeP4&feature=results_video&playnext=1&list=PL67E35CC35E996B69

martin della cava dijo...

Genial , gracias

alvariturituri dijo...

Tal vez tengas que conocer estos extrafalarios limpiadores de vinilos
http://deejays.es/3-limpiadores-de-vinilos-que-tendrias-que-conocer/
El clásico cepillo y liquido está pasado de moda ;)

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo